lunes, 27 de julio de 2015

El Abogado y la constante sensación de “podría haberlo hecho mejor”

Odio esa sensación. Esa sensación constante.

Guardas un recurso o una demanda hasta el ultimo momento. Lo consultas con la almohada. Le das vueltas. Lo rebozas en harina, huevo, pan rallado... Capas y capas. Una y otra vez.

Hasta que un dia toca. Hay que presentar el escrito. Y lo presentas.

No pasan ni 10 minutos de la presentación cuando se te ocurre la maldita idea del Siglo. El “como deberia haberlo dicho para que estuviera clarinete”. No hay cosa que mas rabia dé.

Y asi constantemente. 

Y para preparar la vista, igual.

Bua, esto en las conclusiones es canela fina.

Y esto, si es que esta claro macho.

Y que ocurre. Siempre igual.

Salir de sala con esa sensación extraña. De que siempre se nos olvida algo. Ese matiz.

Los nervios del directo quizá.

Te estas quitando la toga 4 minutos despues y dices: Dioooooooos. Pero como no le he podido preguntar esto al testigo. Si es que esta clarísimoooo.

Y te vas para el despacho con la mala leche.

Quiza sea tambien cuestión de práctica, de años puliendo.

Pero por otra parte presiento que es de esas cosas que son perennes. Inherente a la profesión y su desempeño.

Reunirte, recabar la documentación, estudiar el proceso, la legislación de fondo, llamadas, tratar de averiguar incluso aquello que el cliente no te dice aunque se lo preguntes por activa y por pasiva, testigos, honorarios, plazos, subsanaciones, recursos...

La cabeza no da mas de sí. Llega un momento que hay que actuar (en Sala) o que tirar la moneda al aire (en los escritos). Y a partir de ahí, somos más humanos si cabe.

Tocará seguir mejorando y aprendiendo. Tanto a hacerlo mejor, como a saber ponerle punto final a cada fase llegado su momento.

Es lo que toca.



























No hay comentarios:

Publicar un comentario